Seguro que os sorprende el título de hoy, DÍA DE LA FAMILIA. Pues tengo que deciros que a mí también.Y la explicación es bien sencilla. La sociedad que nos está tocando vivir, en estos momentos, tiene poco para sonreír. Aparte de otros motivos que son bien palpables, y de una forma u otra llega a muchísimas familias, NUESTRA FAMILIA, sí, la nuestra, la de bastantes vecinos de nuestro portal, y no hay que ir muy lejos, cojea y no poco. Quiero decir que la FAMILIA... no es que esté sobrada..., más bien todo lo contrario. Seamos sinceros y digámoslo de una vez, el concepto auténtico de familia ha decaído o -llamémoslo por su nombre- está enfermo o en baja forma. Es suficiente con echar una mirada al interior de nuestra familia, observar sin tapujos ni hipocresías, y ver..., ver y palpar. Suficiente. Por eso mismo me da pena, o, pluralizando, nos da pena y muy profunda. La Familia que vivimos y conocimos años atrás merecía, y con creces, el nombre de familia. Y no voy a entrar en detalles, no muchos, para demostrar esta realidad. Está en la mente de todos el concepto de familia de ayer y de hoy. Nuestros hijos son testigos -pese a no querer admitirlo, rubricado por sus comportamientos y conducta personal- del cambio de ayer al de hoy.
Total, ¿QUÉ MÁS DA? Cierto, a ellos les da igual, lo importante es vivir, pasar del ayer y vivir a pleno pulmón, y con mucho gimnasio... y carreras..., el presente, que el mañana se desconoce.
Bueno, pues ¿qué se puede responder...?
Me da pena, o, mejor, creo que nos da pena a muchos padres. Y, triste es confesar, muy poco o nada podemos hacer para sacarles del error -por no llamar ignorancia, poco menos que supina.
Por suerte, y gracias a la Fe que nos sostiene, nos queda la ESPERANZA.
Sí, amigos, la ESPERANZA. Esa virtud nos tranquiliza, nos da ánimos, y, en muchos momentos de la vida, sostiene todo nuestro edificio espiritual y humano, y nos anima a seguir adelante.
La ESPERANZA QUE ALEGRA NUESTRO ROSTRO, NOS FORTALECE Y DA ÁNIMOS TAMBIÉN A QUIÉNES CONVIVEN CON NOSOTROS, o nos preguntan por esto o aquello.
La ESPERANZA nos da vida y de vez en cuando nos permite soñar, pese a las adversidades que repentinamente nos sorprenden.
La ESPERANZA nos grita una y otra vez "NO TEMÁIS, QUE YO ESTOY CON VOSOTROS...".
La ESPERANZA hará que retorne LA VERDADERA FAMILIA, la de nuestra infancia, la que intentaban vivir e imitar nuestros padres y abuelos. Junto a ellos palpitaba aquella SAGRADA FAMILIA DE NAZARET.
ESPEREMOS EL RETORNO DE LA AUTÉNTICA FAMILIA, LA DE VERDAD.
orbigosjusto@hotmail.com
