Amigos, hace unos días, escribiendo un poemilla, sí, claro, de los míos, de repente me vinieron ciertas ideas que me gusta compartir. Y no es que el fin de año me produzca demasiada nostalgia, que es cierto, pero que en el fondo me obliga a reflexionar y a dar gracias. Un año que se nos va -y conviene por un momento olvidarnos de la dichosa política...-, y que entre muchas cosas que es mejor olvidar, siempre ha habido algunas, bastantes, buenas y muy buenas que son de agradecer.
Por supuesto que no voy a mencionar ni las buenas -cada cual conoce las suyas...-, ni las no tan buenas. Éstas que pasen y no vuelvan. Y con la pequeña reflexión vienen los propósitos para no volver a caer en los errores cometidos. Nadie duda, ni de nadie queremos dudar de sus buenos propósitos. Y escribí estos versos bien sencillos y fáciles de entender, que me permito entresacar de mi poema.
"...Al amparo de fe,/de noche larga, oscura,/a su verbo y promesa encadenado,/de sed tan oportuna,/desando toda senda confundida, /arrojo la mochila que no sirve/y busco la verdad/ que me redime...".
Que el Año Nuevo sea distinto, y pasemos por él con pie firme, valiente, con la mirada empapada de esperanza. Y si tenemos el don de CREER EN ÉL -que somos muchos- dejémonos guiar en todo momento de su AMOR Y SABIDURÍA. "ÉL ESTÁ CON NOSOTROS".
¡FELIZ AÑO NUEVO 2011".
