14 nov 2010

"EUROPA, SÉ TU MISMA"

De nuevo he vuelto a entretenerme con algunos comentarios a propósito de la Visita del Papa a España. Y entre éstos me agrada y rubrico lo que escribe un ex diputado del PP en el Congreso. "De alguna forma, el Santo Padre nos ha traído lo mismo: una Europa sin raíz cristiana no se reconoce a sí misma. La segunda idea que nos ha dejado el Pontífice es la de la libertad y la verdad: La verdad os hará libres... La tarcera, la idea de la familia, central en la vida cristiana".
Al margen de otros muchos comentarios, más o menos directos y acertados, termino con uno que dice: "... (el Papa) ha confirmado que la religión no es un problema que los legisladores deban solucionar, sino más bien una positiva inyección de valores en el núcleo mismo del quehacer social".
Por último, queda patente que de todos los comentarios sobresale una idea común: "La esperanza para los católicos de España. Porque tenemos un papel muy importante en la historia pasada, presente y futura de nuestro país". "Es tarea de todos que sus palabras no caigan en saco roto, porque un Papa no viaja ni habla en balde. Cada uno tendrá que pensar cómo las aplica, cómo las pone en práctica. Es la voluntad de Dios". "Recibimos las invitaciones (del Papa) para rezar con él, unir razón y fe, proclamar colectiva y públicamente los valores en los que creemos y, ante la ofensiva laicista desatada, poner la lámpara encima del candelero..."
¿Saturados de tanto mensaje, y de tantas imágenes repetidas por los medios de comunicación al alcance de todos? No, de ninguna manera. Nunca está de más que nos aleccionen, que nos corrijan y orienten nuestras vidas como peregrinos que somos, y que no podemos olvidar. Y si la corrección como el ánimo vienen dados del Representante de Cristo en la tierra, mejor que mejor, que siempre serán para nuestro bien y el bien de todos los creyentes.
Ayer noche en un canal de TV -del que huyo habitualmente- escuchaba a una señora que profería críticas mordaces, por no llamar diabólicas, contra el Papa que acaba de visitarnos. ¡Qué pena me causó, y cuánto daño se hace a sí misma! Y si no entendí mal, en ese momento se declaró católica mientras largaba su discurso erróneo y malicioso, además de ignorante de principio a fin.
Por mi parte confío y espero que la semilla rica y abundante del Papa germine en todos los españoles de buena voluntad, que afortunadamente somos muchísimos y cada día más.