Hace dos días escribía este título: ¿VIOLENCIA DE GÉNERO? Indicaba posibles causas, entre muchas, que llevan a las parejas a sangrantes y trágicas daterminaciones. Hoy voy un poco más lejos, y no precisamente a violencias de género. Sencillamente, quiero referirme a esas notas publicadas en determinados medios al alcance de todos: "CADA X MINUTOS SE SEPARAN O DIVORCIAN..." Claro que no hay muertes ni derramamiento de sangre por ninguna de las dos partes. Simplemente esa pareja o matrimonio ha decidido separarse o divorciarse. Y hoy, en la sociedad que nos está tocando vivir, ni nos sorprende, y quizá..., ni nos quite el sueño... Bueno, es un decir. Porque claro que nos quita el sueño y nos preocupa, tal vez no tanto como debiera.
¿Es que tiene caducidad el matrimonio? Mi respuesta es tajante y lejos de toda duda: NO. Para los que tenemos Fe, verdadera Fe, no de pacotilla o simplona, -sin raíces y falta de cultura y formación íntegra-, para nosotros el MATRIMONIO es un SACRAMENTO estable, que hemos de mimar y cuidar como la pupila de los ojos. Y para ese mimo contamos con medios sobrenaturales y humanos al alcance de todas las personas. Ya la Iglesia pone en nuestras manos mil recomendaciones y consejos para que cultivemos y santifiquemos LA UNIÓN MATRIMONIAL durante toda la vida.
Entonces, ¿por qué ese fracaso tan continuado y cacareado sin darle demasiada importancia? Son muchas las causas, muchísimas. Hoy sólo mencionaré TRES, entre muchas. EL EGOISMO POR PARTE DE LOS DOS, LA FALTA DE DIÁLOGO, LA AUSENCIA DE "ORACIÓN" más elemental entre ambos. Sin estos tres grandes pilares EL EDIFICIO DEL MATRIMONIO necesariamente se resquebraja y, antes o después, queda debilitado y puede venirse abajo.
El matrimonio cristiano no tiene caducidad, ni la tendrá jamás, si lo sustentamos con las ricas enseñanzas de la Iglesia para todos los tiempos y sociedades. Pensar de otra manera, salvo casos muy excepcionales que habría que analizar, es un error y de graves consecuencias.
