21 sept 2010

EL SENTIDO DE LA VIDA

Se insiste, y cada día más, en la ausencia de Dios en la nueva cultura que, consciente o inconscientemente, se quiere crear. Podemos preguntarnos con toda honestidad que adónde vamos a llegar por este camino. Me atrevo a decir que, de hecho, ya hemos llegado. Comentando con el máximo respeto, parece que nuestra sociedad, en general, o un nutrido número de personas no echan de menos a Dios; tampoco lo necesitan. Viven a su aire, lo mejor que pueden o saben, disfrutan a su manera, y viven el presente como tu talento y talante les da a entender. En otras palabras, no necesitan de Dios, y... tan tranquilos... Por supuesto que no nos escandalizamos los que creemos en Él, intentamos vivir de Él en todo momento, o, con otras plabras, contamos con Él a todas horas. Sin Él seríamos incapaces de vivir porque es nuestra fuerza, refugio y vida permanente. Dios "ha hecho una humanidad que sale de su pensamiento, unido al del Verbo-Cristo, para que todos, un día, lleguen a conocerle y amarle siempre". "Y, por ello, la no significación sagrada de la vida, a la que se nos quiere conducir, es lo más trágico que le puede suceder a una persona: que no tenga un sentido sagrado su vida, sino un significado puramente biolégico." Y concluye el autor de quien tomo la cita: "Por eso es trágico para una persona no tener un sentido sagrado de su existencia, como parecen desear tantos dirigentes políticos." Y concluye: "Dar a conocer a los hermanos la profundidad auténtica de su vida única e irrepetible es fundamental para quienes tenemos fe."
No es necesario insistir en que sin Dios no somos nada, estamos huérfanos en la vida, y en esa horfandad no es posible ser felices y tener una esperanza segura. La Fe en Él, el sentido de nuestra vida nacido de Él, y apoyado en su Palabra, es el motor infalible y seguro que alienta toda nuestra vida y la orienta a la meta última de nuestros días. Dios está siempre en y con nosotros, el verdadero sentido de la vida. Sólo en Él podemos y debemos buscar la verdadera felicidad, "sus caminos son santos".