28 feb 2010

GOLPE MORTAL A LA VIDA

Así de escueto. Tal como suena y puede escribirse: “LICENCIA PARA MATAR”. En España, en nuestra querida España, de tradición secular religiosa, de cantos y de santos en toda su geografía. La de los grandes filósofos y teólogos, hijos de la verdadera Iglesia, seguidores del Dios Humanado, Jesucristo, defensor de la vida, o, dicho de otra manera, de los auténticos derechos humanos, y entre ellos la vida. Así ha sucedido. En el Senado –amparado por nuestra democracia- ha sido aprobada y defendida, y aplaudida y celebrada con besos y parabienes la “LICENCIA PARA MATAR”. Increíble ¿verdad? Pues, no. REALIDAD CRUDA Y DURA. El primer derecho humano, EL DERECHO A LA VIDA, Y MÁS, EL DERECHO A LA VIDA DE LOS NO NACIDOS, del “nasciturus”, es decir, del que va a nacer, del que debería nacer por derecho natural, es destruido, muerto, arrancado de raíz.

Ante ese hecho, y lleno del máximo respeto, se me acaban las palabras, Señores del Senado. Me resisto a creer que haya hombres y mujeres, representantes de un pueblo, amparados en la democracia, que sean incapaces de reconocer un DERECHO, el primero de todos, EL DERECHO A LA VIDA DESDE SU CONCEPCIÓN, PISOTEADO, NINGUNEADO, DESPRECIADO. Señores del Senado, no les entiendo, no sé qué tienen escondido en sus cabezas, ni en su corazón, si es que lo tienen o es una simple víscera. Y no apelo a su fe, que me temo no la tengan o la tengan deformada, enfermiza, malformada, sabe Dios desde cuándo. Me dan pena, tanta y más que los niños que no permiten nacer. Un día se enterarán del daño que han hecho a miles y miles de niños que no llegaron a ver la luz de la vida.

¿Y qué decir de las mujeres que se ven en ese trance de abortar? Por favor, no lleguen a esa determinación. Respiren, miren para arriba, tengan esperanza y fíen de los millones de personas que les tendemos las manos para estar a su lado y prestarles ayuda en TODO. Señoras, no están solas, no se sientan solas. La sociedad civilizada y humana, la sociedad que cree y tiene esperanza, y fía en el Dios, Padre de todos, hará lo indecible para darles ayuda y compañía. Son muchas las asociaciones humanitarias, empezando por la de la Iglesia, que están a su lado, con entrañas de amor y solidaridad. Todos amamos y ambicionamos su bienestar, y, por encima de todo, deseamos ardientemente que esos niños que van a nacer alcancen la luz maravillosa de la VIDA, SU PRIMER DERECHO. Mujeres, contad con nuestro apoyo y solidaridad. DEFENDEMOS EL DERECHO A LA VIDA.