12 may 2011

CARTA DE UN ABUELO A SU NIETO EN EL DÍA DE SU PRIMERA COMUNIÓN

Mi queridísimo Marcos: Sabes cuánto te quiero, y así lo decimos cada vez que nos vemos. Hoy -día de tu Primera Comunión- el cariño y amor de los dos, el tuyo y el mío, como que da un estirón y crece, crece... Recuerdo como si hubiera sucedido ayer el día de mi Primera Comunión; y ya han pasado años... Lo conservo en mi memoria y en una foto tamaño postal que guardo muy a mano y me agrada ver con frecuencia; recuerdo también que me la hicieron en la capital leonina. Qué bien sabes, y así te lo han enseñado tus padres, que la Primera Comunión es el comienzo de una vida muy especial y cercana al Señor, Jesús, que ama particularmente a los niños. Entre éstos te cuentas tú, ilusionado, aturdido y sin palabras para expresar lo que sientes por dentro. Él te invita a un Banquete especial, y también a otros muchos niños. Es que a todos os quiere con predilección y anhela ser vuestro amigo para siempre. ¿Verdad que merece la pena darle gracias por esta invitación tan particular y llena de amor?

Te deseo que esta Primera Comunión sea el comienzo de otras muchas. Él, Jesús, continuará invitándote a lo largo de la vida. También desea que esta Fiesta y Primavera se alargue como el amor que tú y yo nos tenemos día a día.

Felicidades a ti, a tu hermano Pablo María, y a tus papás. También a los otros abuelos que sé muy bien te quieren tanto como yo. Todos, muy contentos, participamos en tu Gran Fiesta Familiar.

Contigo, mi querido Marcos, y con toda la familia, El Abuelo Justo
Madrid, 14 de mayo de 2011.

POEMA DEDICADO A MARCOS SÁNCHEZ ALCALÁ

MI PRIMERA COMUNIÓN

TE HE ESPERADO muchas tardes,/tarde de aquel Jueves Santo, /la primera comunión, /regalo nunca soñado.
Mis padres, tíos y abuelos/siempre nos han recordado/la fiesta de comunión/ en los hogares cristianos. /Los niños tan impacientes/ horas y días contamos.
Pos fin estamos de fiesta/ catorce del mes de mayo.
Recibo la Comunión / en el pan ya consagrado/que me regala el Señor/ y a todos nos ha invitado.

Gracias, Señor, mi Dios bueno, /por tu pan, por el abrazo,/ por acercarme a tu mesa, /banquete que has preparado.

Mis padres me hablan de ti / como amigo que esperamos. /Te guardaré en el recuerdo/ y en no sé cuántos retratos.

Soy feliz, estoy de fiesta, / la fiesta que celebramos / todos juntos en tu Iglesia.
Y por haberme invitado, /como recuerdo estas flores / que para ti preparamos.

Gracias, papás. ¡EL AMIGO/ DE VERDAD JAMÁS SOÑADO!
Tu abuelo Justo. 14 de mayo de 2011.