10 dic 2009
Y... ¿DAR PASO AL ABORTO?
Intento, he intentado muchas veces, moderar mis impulsos como creyente y persona de conciencia suficientemente formada. Me está costando. Quiero respetar a todas las personas, sus creencias, ideologías y sus vidas privadas. Allá cada cuál, lejos de mí juzgar a nadie. Pero me encuentro cada día con escenas verdaderamente sorprendentes en diversos canales de TV; ya no digo nada en las entrevistas que nos dan a conocer distintas emisoras de radio. Algún que otro entrevistado dice tener una conciencia bien formada y que no tiene problema en admitir el aborto tal como pretende el Gobierno según su proyecto. Subraya CONCIENCIA Y BIEN FORMADA. Cómo será esa conciencia y cuál será su formación de conciencia y, añado por mi parte, de derechos humanos, los más fundamentales como derecho a la vida, derecho a la educación de los hijos, etc, etc., que alguien se ha atrevido a decir que constituye un asunto complicado dar la comunión al actual Presidente del Congreso. Por supuesto que no voy a entrar en pormenores mencionados días atrás en contundentes afirmaciones por parte de la Conferencia Episcopal Española respecto al proyecto de la ley sobre el aborto. Me limitaré a escribir un pensamiento que francamente me ha impactado hablando sobre la conciencia de la persona. ¿No hay contradicción y cinismo en la propia conciencia, viendo tan normal la ley del aborto, que atenta contra valores tan esenciales como la vida, y acercarse al mismo tiempo a comulgar con Cristo? Sigo pensando que dar paso al ABORTO, tal como se ha planteado reiteradamente y sin escrúpulo alguno, presupone haber asfixiado la VOZ DE LA CONCIENCIA, y más en los que nos decimos creyentes.
