ANCLADO
en el amor sin tiempo,
mar desbordado,
vuelvo al tiempo,
que en bandeja de paja adormecido
reparte luz
el rostro,
extraño sol,
del hijo prometido en la caída.
Los ángeles,
seres celestes,
le cantan extasiados
al niño y astro,
salido de la bóveda madura.
Hombres humildes,
desnudos de etiquetas,
los pastores que cuidan sus rebaños,
inclinan sus cabezas reverentes.
Pletóricos de fe
le llevan su comida, lo que son,
amor desnudo,
sin falsedad,
calor para aliviar las tapias rotas.
La música celeste
despierta al niño,
al lado de su madre que medita,
y reparten los dos
correos de esperanza.
Astro y noche, rescoldo del amor,
prometiendo la paz a los humanos,
la lluvia fina
que cala y adormece
sus poros doloridos.
Tomado de ABRIENDO SURCOS (Semillas poéticas)
orbigosjusto@hotmail.com
