Así es; no nos tocó la lotería a la inmensa mayoría de los españoles y, como siempre, nos acordamos de que también es el día de la salud... Bueno, lo tomaremos a broma, con una sonrisa medio resignada, y hasta el año que viene. Nos alegraremos con los afortunados que van a tirar la casa por la ventana, o a visitar algunos de ellos, no tan pocos, los concesionarios de la casa "mercedes", ejemplo que nos dieron los sorianos el pasado año, y, cómo no, hasta el año próximo que inciaremos un nuevo sueño...
También este día nos ha servido para olvidarnos del berrinche de ayer, el olvido... del consistorio de Barcelona, que omitió el idioma castellano en la Felicitación de estas Fiestas de Navidad. Qué más da, también es salud y aporta inmensidad de gozo a quienes renuncian a sus raíces hispanas, y optan por un plato de lentejas. Su pancarta fue bien servida, seis idiomas de máxima actualidad
como el árabe o el japonés. Bien, medalla de honor al artífice e ideólogo de tan oportuna Felicitación, que no sé si por estar en Navidad, o por llamar de alguna manera la atención, porque a lo mejor la Navidad no le diga gran cosa. Claro está que la Paz está dirigida desde siempre, y se recalca en estos días, a los hombres de buena voluntad.
Que el día de la salud se prolongue durante todo el año nuevo, 2010, y que cojamos muchas fuerzas para poder superar los pequeños y grandes contratiempos que, sin esperarlos, nos sorprendan en cualquier idioma. Los traduciremos al castellano, el idioma más maravilloso que nació en el suelo materno, la España de todos, amada y venerada y enriquecida desde su creación. Feliz día de la salud.
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