1 abr 2012

DE NUEVO LA SEMANA SANTA

Y..., afortunadamente. Pese a todo lo que piensen unos pocos -y no se cansan de repetirlo- una gran mayoría en el mundo somos creyentes, creemos en Jesucristo, en su historia, y en el amor que nos demostró hasta el extremo... Celebramos con júbilo los pasos de nuestro Señor desde los aplausos (el domingo de Ramos), hasta su Pasión y Muerte, y su Resurrección. Y basta con que en estos días nos pasemos por las calles de toda España, de norte a sur, y palparemos la devoción y empeño de todos los fieles acompañando en las diversas procesiones la IMÁGENES maravillosas de la imaginería española.
Con todos los respetos -lejos de mí insultar-, me dan pena todos aquellos que no tienen fe, que pasan de nuestras solemnes celebraciones religiosas, y principalmente de las celebraciones de la SEMANA SANTA. Como si la imaginería española, rica, riquísima, no fuera más que suficiente para bajar la cabeza, hacer un acto de fe, y reconocer lo privilegiado que ha sido el hombre -y lo será siempre- ser amado por Dios mismo, demostrable y demostrado en la persona del Hijo, Cristo Jesús, muerto y resucitado para salvación de toda la humanidad.
Claro que la fe es un regalo tan grande que el hombre -ciertos hombres- para su desgracia son capaces de rechazar, y no saben lo que se pierden.
¡Bienvenida la SEMANA SANTA! Y otra vez más vamos a intentar vivirla, incluso tomándonos un pequeño y corto descanso. ¡Dichoso el hombre si ha recibido el don de la fe! ¡QUÉ RGALAZO...!