21 mar 2012

¿TIEMPOS DE CORRUPCIÓN?

Hace unos días me pregntaba un amigo y compañero en la docencia de un instituto por qué tenía abandonado mi blog tanto tiempo. Cierto. Desde diciembre pasado no he vuelto con mis pensamientos y ensayos o análisis de situaciones, acontecimientos, ideas o campañas que andan a ras de los mortales. Pues, amigo mío, y cuantos seguís mis comentarios..., ya vuelvo con la misma ilusión, o tal vez más, que en tiempos pasados. Y, para que no me olvide, gracias desde ahora mismo.
El título de hoy no puede ser más claro. ¿TIEMPOS DE CORRUPCIÓN?
Cualquier medio de comunicación nos lo brinda cada día, y con todo detalle. Siendo realistas, y sin pedir disculpas, casi todo lo censurable, o denigrante, o corrupto, tiene las mismas fuentes. Hoy son los políticos de un bando, mañana los del otro. Sí, y no nos engañemos, la mayoría de los casos han sido o están siendo cometidos por los políticos. Y unos y otros, sin mirar su propia conciencia, lanzan dardos como si no fuera con ellos mismos, ayer o el día anterior.
Caben muchas preguntas, pero me limito a una sola. ¿Por qué censuras hoy, y con saña y mala fe, si tú y los tuyos hicieron otro tanto, o mucho más, y con mayor perversión e injusticia, en tiempos no tan lejanos? ¡Y a disfrutar y gozar del árbol caído!
¡Qué ruín y malo es a veces el hombre! Se jacta del otro que, ciertamente ha sido un corrupto en su momento, y se olvida de que él en persona, y en un día no tan lejano, fue tan corrupto o más que el que ahora está censurando.
Y lo peor no es sólo ese acto delictivo y censurable. Más grave, si cabe aún, es que esa corrupción (apropiación indebida de unos fondos comunitarios) se convierta en una pena carcelaria, o poco menos, y no en una devolución de la apropiación indebida.
La cárcel es una castigo bien ganado y merecido. Pero, ¿Y por qué no devuelven -y se les impone esa obligación- lo que en su momento se apropiaron de lo que no era de su pertenencia?

Continuaré otro día con este tema de la corrupción. Pienso que se impone recordar a algunos de nuestros políticos (o representantes), elementales normas de ética que brillan por su ausencia en el buen hacer (mal hacer) que nos ofrecen en sus intervenciones públicas. A veces da grima escucharles, por no emplear otra palabra. Se quieren comer el mundo (el nuestro) argumentando contra los derechos del hombre. Véase si no esa señora -no voy a calificarla- que se atrevió a ir a un colegio a adoctrinar al alumnado en campaña electoral. ¿Adoctrinar? ¿Sabrá a quién corresponde adoctrinar a los menores de edad...?